jueves, 12 de septiembre de 2013

De Duques Y Direcciones.

Sentados en circulo, comenzamos la sesión.
Pocos compañeros respondieron a la primera pregunta del expositor:¿que saben sobre el duque Meiningen?
la verdad yo no sabia mucho...en realidad nada... pero vaya que me sorprendió.
 El duque de Meiningen fue un pionero en dirección escénica y como dato curioso el dibujaba el como quería o veía la escena en su cabeza. 

la información fue muy bien dada y la explicación bastante clara y directa si algo debo hacer es felicitar a mi compañera jazmín  por que su trabajo de investigación fue (como yo lo vi) impecable.

Tengo el audio de su exposición y lo escuche nuevamente  en mi casa, la información es abundante y no es redundante, aunque debo señalar que para las 11:22 un joven ya arqueaba la espalda de cansancio, una chica decidió tirarse al suelo a escribir y mas de dos ya estaban bostezando.
tal vez hubiera sido bueno(y no estoy criticando es solo una sugerencia) un poco mas de dinamismo o algo mas visual tal vez...

El circulo de terapia (lo que me parecía) con el que comenzamos se fue rompiendo, las posiciones  sentadas se fueron deformando,los cabellos comenzaron a soltarse, los zapatos se quitaron y las uñas de uno se gastaron.


Los ojos de una ex-pelirroja comenzaron a cerrarse, junto con otros mas unos comenzaron a darse pequeños golpecitos y hubo quien tomo la decision para lavarse la cara y seguir escuchando.

lo bueno es que aunque todo esto paso... todos tomaron nota de lo que lew parecio importante otra cosa hubiera sido que ni eso  hicieran.
algo que quiero agregar es que fue llamado "El duque del teatro" por obvias razones.


"George II, en posesión del título de Duque de Saxe-Meiningen, comenzó a prestar atención al teatro y a interesarse en las actividades del flamante local. En 1860 lo convirtió en el Teatro Real de la Corte. La escalada del interés del Duque progresó ininterrumpidamente y en 1870 asumió la dirección del teatro y de todas las actividades escénicas que desarrollaba. "

"comenzó a reclutar futuros actores formando una escuela de entrenamiento para ocupar a los egresados en sus propias producciones. También contrató algunos actores distinguidos de Weimar como Joseph Kainz, Albert Bassermann, Ludovico Barnay y formó una compañía estable a la que llamó “Los Actores de Meiningen”. "


"En el elenco de Meiningen se hallaban dos personas que se volverían en colaboradores fundamentales: uno era Ludwig Kronegk, un joven actor cómico que comenzaba a manifestarse de una manera muy particular en los entrenamientos. El Duque lo nombrórégisseur del teatro. Parece ser que las características de Kronegk eran singulares: capacidad bestial de trabajo, amor desinteresado por el teatro y una disciplina prusiana. Tales virtudes le convirtieron en maquilador ideal de los conceptos teatrales del Duque. Además se le atribuye a Kronegk los aciertos en el área financiera ya que él fue el que planeó todos los proyectos de giras que facilitó, definitivamente, la supervivencia del experimento que de otra manera se hubiera frustrado por los enormes gastos de escenificación, los largos periodos de ensayos que se necesitaban para lograr sus concepciones escénicas, que no hubieran podido encontrar remuneración en Meiningen por su escasa población. 


El segundo colaborador del Duque fue la actriz Ellen Franz, con la que se casó en 1873. Mujer dotada de muchas virtudes y con gran precisión para el estilo y preparativos, se convirtió en colega invaluable para el Duque y Kronegk. "
Entre las cosas que distiguen a este direcctor escenico se encuentran :
  • El Duque desarrolló la idea básica de la dirección escénica como un conjunto de actividades estéticas con el propósito de crear “atmósfera” y “estilo”. 
  • Propuso la interpretación del texto a través del medio conjunto de todas las artes teatrales. 
  • Sus principales actores desempeñaban lo mismo papeles protagónicos que pequeños y, a veces, hasta fungían como comparsas. 
  • Se prestaba especial atención a los personajes mudos, y la comparsería la integraban gente bien ensayada individualmente, porque se elaboraba para ellos una instrucción profunda y detallada. El Duque daba este tipo de indicaciones: “… los individuos del conjunto tienen que cambiar de posición ya sea de los brazos, de las piernas o todo el cuerpo cuando se dé cuenta de que se halla en la misma posición de su compañero más próximo”. El viejo teatro jamás pensó en el problema de las escenas de masas. El Teatro Neoclásico de los siglos XVII y XVIII no conocía esta clase de dificultad. El drama romántico comenzó a introducir las muchedumbres pero no le concedía ninguna importancia relevante en la escena. Se dieron casos – escalofriantes, si se piensa – de que algún director recurriera a las autoridades militares de la localidad para que enviaran destacamentos de soldados que cumplieran las funciones de actores de conjunto. El efecto a veces era risible ya que cuando la escena exigía que saliese un piquete de soldados griegos o romanos de la antigüedad, éstos entraban con rigidez prusiana y marcando el paso, lo cual destruía la ilusión. El Duque, en las obras que requerían la presencia de multitudes, ponía la misma atención en los “extras”, tanto como en los actores principales. Dividía la multitud en grupos pequeños y al frente de cada uno colocaba a un actor experimentado que los condujera y se responsabilizara del mismo. 
  • Las escenas sangrientas que en otro tiempo resultaban cómicas y que tanto al público como al actor podían inducir a reír a carcajadas, ahora se estudiaban seriamente y ensayaban con no menos cuidado que un largo monólogo. 
  • El Duque reconoció el valor que tienen los diversos planos de actuación en el escenario. 
  • Se preocupó de que los decorados fueran históricamente exactos. El Duque proyectaba los decorados y los vestuarios. Elegía el color, el corte y la clase de tela de las vestiduras. Seleccionaba telas pesadas; costosos terciopelos; seda pura; pieles de primera clase, textiles de Lyon y Génova. Las armas procedían de Granget, de París. El Duque había sido alumno en Munich de Wilhem von Kaulbach que pertenecía a una corriente de pintura llamada “Pintura Histórica”, cuyas leyes de composición fueron decisivas para las escenificaciones. Para el Duque, el centro del “cuadro” no podía ser congruente con el centro del escenario. Detestaba la simetría. Durante mucho tiempo se había entrenado también en la contemplación del arte japonés, que le enseñó que la asimetría realzada aumentaba el estímulo óptico. 
  • Para las escenas de interiores prefería la decoración de habitación cerrada con techo construido ex profeso, condición previa para jugar con el concepto de “cuarta pared”.
Entre otras cosas...